El complejo de oficinas situado en la calle Príncipe de Vergara 112 cuyo proyecto de arquitectura es de O&L (Órtiz y Leon), dispone de 3 niveles bajo rasante, planta baja y 8 niveles sobre rasante más dos niveles de casetones. La parcela donde se ejecutará la estructura proyectada estaba ocupada por un edificio que se demolió en su totalidad siendo esta una de las mayores dificultades del proyecto.

Esta singularidad de la estructura, el no poder demoler los muros de contención existente, estaba justificada, en que estos se encontraban justo en el perímetro de la parcela que además estaba rodeada por viales de alta densidad de tráfico rodado. Por tanto, se mantuvieron como elementos de contención y como soporte de los forjados bajo rasante. la necesidad de utilizar los muros existentes, Todo esto hace necesario prever un sistema de apuntalamiento provisional que garantice la estabilidad de los muros después de demoler los forjados existentes y antes de ejecutar los forjados del nuevo edificio.  Posteriormente se cortarán por bataches las zapatas del muro existente, en los sitios donde sea necesario ejecutar cimentaciones pilotadas, para proceder a ejecutar los micros y sus encepados. El sistema de apuntalamiento provisional diseñado es compatible con la ejecución de los cortes, garantizando la estabilidad de los muros.

Los niveles bajo rasante y planta baja disponen de luces inferiores a 10 m. Se han resuelto con losas macizas de hormigón armado. Entre el primer y el sexto nivel sobre rasante la tipología de las plantas es bastante regular, produciéndose en algunos forjados algunas singularidades puntuales debido al retranqueo de los bordes de forjado para generar espacios en doble altura. La necesidad de retranquear el forjado en estos niveles se resuelve mediante cuelgues de los forjados sobre los niveles superiores. En estas plantas,  las luces típicas son de 15,50 m x 8,10 m. La necesidad de disponer altura suficiente entre la cara inferior del forjado y el falso techo para el paso de instalaciones y, proporcionar una altura libre suficiente a las plantas, impone un canto máximo de forjado de 40 cm. Se ha optado por un sistema de losa con vigas planas postesadas en la dirección larga, de 40 cm de canto y con ancho suficiente para disponer el pretensado necesario y, por losa de menor espesor (entre 15 cm y 22 cm dependiendo de la zona) en la dirección perpendicular. Esta solución permite reducir el peso del forjado respecto a la solución de losa maciza y optimizar así las dimensiones de los pilares y las cuantías de hormigón en las losas.

La tipología de la séptima planta del edificio queda condicionada por la necesidad de apear una serie de pilares (algunos de éstos bajan hasta 200 toneladas), debido al retranqueo de la fachada en este nivel. Los condicionantes arquitectónicos del proyecto, imposibilitan descolgar vigas con el canto requerido para realizar éstos apeos. Se ha recurrido por lo tanto a una solución de losa maciza postesada de 55 cm de canto, siendo esta opción, la única compatible con los condicionantes de canto impuestos por las necesidades arquitectónicas. Los niveles superiores del edificio (planta octava y dos plantas de casetones), con luces de alrededor de 12 m, se resuelven con losa postesada maciza.