La Ciudadela de Erbil se emplaza sobre un montículo artificial de tierra (Tell) de más de 30m de altura sobre el que se domina la ciudad moderna. Conocida desde la antigüedad, el asentamiento humano en Erbil se considera de una antigüedad que supera los 8.000 años.

El proyecto desarrollado se centra en 8 conjuntos edificatorios y abarca una extensa serie de estudios e investigaciones abordados desde distintas disciplinas, entre los que destacan: un levantamiento de la geometría actual de todas las edificaciones, una investigación histórica, un análisis arquitectónico de las diferentes etapas histórico-constructivas, un estudio geotécnico y estudios de evaluación estructural, que permitieron redactar un proyecto de conservación/restauración y de un manual de intervención de aplicación general en la Ciudadela.

Uno de los aspectos más importantes y que generó más discusión en el proyecto fue definir la imagen y fisonomía que se quería recuperar en cada edificio, en definitiva, que momento histórico y constructivo se quería recuperar en cada caso. Para ello, se llevó a cabo una investigación arquitectónica que se centró en evaluar las pruebas restantes de su arquitectura original y la comprensión del desarrollo de los edificios y de los cambios a través del tiempo. Esto ha permitido comprender qué es original y por qué y, a su vez conocer los volúmenes y distribución de “las piezas” que faltan.

Otro tema que consumió energías y esfuerzo, fue el tema de la caracterización de los materiales presentes en los edificios representativos del conjunto de la Ciudadela que abarcaban una cantidad ingente de tipos en estado y condición diversa. La importancia patrimonial y la peculiaridad de muchos de sus materiales (materiales de fabricación artesanal con distinta calidad) en un medio discontinuo hicieron necesario llevar a cabo una campaña extensa de caracterización específica de sus propiedades mecánicas y durables que permitiesen definir el estado y los daños presentes, diagnosticar procesos y prescribir, en cada caso, las medias correctoras necesarias y compatibles con su comportamiento, respetando su tipología constructiva.