El islote de Sancti-Petri con su fortaleza está enclavado al sur de San Fernando, en la bahía de Cádiz, en la misma desembocadura del caño de Sancti-Petri, donde los historiadores ubican el templo legendario de Hércules. Esta zona es rica en hallazgos arqueológicos por la serie de descubrimientos que se han dado a lo largo del siglo pasado.

El proyecto de rehabilitación y las obras han estado rodeadas de fuertes condicionantes de entre los que destacan, los relativos a aspectos ambientales, culturales y ambientales (ubicado dentro del Parque Natural Bahía de Cádiz, presencia de especies vulnerables en su entorno, declarado Bien de Interés Cultural, presencia de restos arqueológicos), condicionantes marinos (accesos muy complejos y necesidad de acometer obras de protección marina), condicionantes relativos al comportamiento estructural y a los materiales empleados (técnicas constructivas, durabilidad de los materiales en entornos agresivos).

Las obras se han centrado en, por una parte, corregir los daños presentes recuperando la fisonomía del castillo de finales del S. XVIII, recuperando todos los elementos constructivos necesarios para asegurar la estabilidad y pervivencia del conjunto y, por otra parte, llevar a cabo obras de protección marina y dotar al emplazamiento de un nuevo embarcadero que permita un más fácil acceso para las labores de visita y mantenimiento.

Todas las actuaciones proyectadas y llevadas a cabo se han ejecutado con materiales y técnicas constructivas tradicionales para mantener las condiciones de rigidez y de transpiración originales. El único elemento ejecutado con materiales actuales ha sido el embarcadero.